Buenos os dije que me iba a adentrar de lleno en la gastronomía marroquí y que mejor que un plato muy típico. Este pollo lo tomé en Fuengirola en un restaurante marroquí que nos gustó mucho y que en mi blog de viajes (Málaga) facilito datos de contacto.
Qué conste que la gastronomía de Málaga es muy buena!, pero no me resisto a un buen marroquí...
Estos entrantes para abrir apetito estaban buenísimos...
Es una receta muy sencilla, sana y que deja una agradable sensación en el paladar, especialmente a cítricos, en eso soy como Jamie Oliver, pimienta y limón que no falte.
La cocción de este plato es de un hora, pero sólo hay que dejarlo hacer a fuego lento por lo que podéis aprovechar a hacer cualquier cosa, que si tenéis que optimar el tiempo como yo serán mil cosas!
INGREDIENTES:
- 1 pollo mediano cortado en cuatro trozos o si os gusta en concreto alguna parte pues pechuga, muslo... al gusto.
- 300 ml de agua
- 2 rodajas de limón y 2 cucharadas de zumo
- Azafrán
- 4 dientes de ajo majados
- 1 pellizco de sal
- 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra
- 1/2 cucharadita de jengibre en polvo ( sigo presumiendo pero yo las tengo de Zanzibar, calidad suprema)
- 1 cucharadita de pimentón
- 1 cucharadita de cominos
- 200 grs de aceitunas verdes sin hueso
ELABORACIÓN:
Pon el pollo en una cazuela honda con el agua y caliéntala hasta que hierva el agua. Vete retirando la espuma que aflora. Añade las rodajas de limón, el azafrán, el ajo, sálalo, el aceite y media cucharadita de jengibre.
Baja el fuego mucho, tapa la olla y deja que se cocine una hora aproximadamente, así quedará muy tierno y los sabores se fundirán. Quince minutos antes de que termine la cocción añade el resto de jengibre, el pimentón y el comino y cinco minutos antes de que esté hecho las aceitunas y el zumo de limón.
Sírvelo caliente, acompañado de arroz en blanco o patatas asadas, al gusto...
Ya podéis disfrutar este tierno pollo... os gustará y sencillo muy sencillo....
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